El complejo de Edipo se manifiesta de muchas formas.
La prohibición del incesto implica la
prohibición de la endogamia, esto es, la unión sexual entre personas de la
misma familia.
En nuestra cultura sólo está permitida la
exogamia, esto es, la unión sexual entre personas de familias diferentes.
Pero como todos querríamos amarnos físicamente
con nuestros seres queridos (padres, hermanos, tíos) y no nos dejan, entonces
hacemos cosas parecidas (metáforas).
Esta es la explicación de por qué los
científicos y artistas forman grupos aislados, incapaces de interactuar
productivamente con los científicos y artistas de otras disciplinas, escuelas,
ideologías, tendencias.
El resultado es que nuestros conocimientos
avanzan a paso de tortuga. Todos defienden el punto de vista de su familia
profesional o artística, y simultáneamente descalifican a todas las demás.
Metafóricamente los biólogos, físicos,
psicoanalistas, se casan con su hermana.
Casi todos estos académicos incestuosos, son conscientes que están
mirando la realidad a través de un caño de escopeta, no viendo el paisaje
(realidad) completo, pero como el libre albedrío no existe, todos estamos
determinados para hacer lo que la naturaleza nos impone, justificando las
incoherencias con el primer argumento que se nos ocurra.
En suma: nuestra percepción restringida a un sólo punto de vista, ignorando
sistemáticamente los puntos de vista de otros observadores, nos inhibe de saber
más, entender mejor y optimizar nuestra calidad de vida.
Enterado de mi deseo, ahora buscaré otros
puntos de vista.
He
llegado a la conclusión de que mi bienestar depende de que otros —más
poderosos— se beneficien con lo que yo
haga y que además necesiten mi bienestar para seguir beneficiándose.
Observe
lo que digo: mi bienestar actual y futuro depende de que otros tengan bienestar
por lo que hago y que siempre deseen mi
bienestar.
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