sábado, 21 de julio de 2012

La hermética dimensión femenina


Ella es una señora común y corriente ... si es que existe alguna mujer que lo sea.

Quizá tiene la mirada un poco más tranquila que el resto de los habitantes de esa ciudad pequeña pero llena de fábricas y oficinas.

La habíamos consultado por Marito.

Los médicos seguían insistiendo con que no le encontraban nada, él seguía insistiendo con que estaba enfermo, que le quedaba poco tiempo de vida aunque su aspecto rebozaba salud.

Los ojos de la señora Sara no perdieron su mansedumbre cuando sacó de la bolsa de plástico, una prenda íntima sin lavar que nos había pedido.

Sin embargo un leve temblor ganó su mano derecha. Quiza lo tenía de antes, pero yo lo noté cuando tocó la prenda.

Apretó contra su pecho la tela celeste y profundizó su respiración. Cerró los ojos levantando las cejas. La nariz se inquietó notoriamente.

Mi prima creía menos que yo pero empezó a ponerse nerviosa con la demora  del diagnóstico.

La señora Sara guardó nuevamente la prenda en la bolsa, la separó empujándola hacia el centro de la mesa y se aprestó a decirnos qué estaba sucediendo con Marito.

— ¿Usted es familiar? —le preguntó a mi prima.

— Soy la prima de ella —respondió mirándome fugazmente.

— Acá tenemos un problema entre ustedes —dijo, mirándonos a una y a otra.

La señora bajó la mirada y movió las manos como para elegir palabras en una imaginaria caja de zapatos.

— Marito no tiene un problema de salud sino que está por cometer un crimen, pero él no lo sabe. Probablemente lo intuya, y por eso su malestar, pero no lo sabe.

— ¡Eso es terrible! —dije con un hilo de voz — ¿y quién será la víctima?— me animé a preguntar no sé cómo.

— Por haberme consultado tan a tiempo, quizá eso nunca suceda, pero para evitarlo —dijo dirigiéndose a mi prima—, usted deberá mudarse a otra ciudad y no volver a verla— concluyó, señalándome con un movimiento de cabeza.

Ella se agitó en la silla, se puso pálida, y tocando mi brazo con su mano empapada en sudor frío, me dijo: — Estoy enamorada de ti y creo que Marito supone algo.

Presa de un llanto muy angustiado y contagioso, se fue, pero quiero volver a verla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario