En otro artículo (1) sugiero que el intercambio de regalos, guarda alguna semejanza con la prohibición del incesto en tanto ambas prácticas sociales apuntan al mismo objetivo: propiciar la unión entre personas para potenciarse mutuamente.
En su origen, hay varias palabras que están
asociadas, pero que hoy parecen pertenecer a categorías diferentes.
Sueldo: moneda de oro (ducado). Como a los soldados mercenarios se les pagaba con una de estas monedas,
entonces el vocablo quedó asociado con el concepto ‘remuneración’.
A
esa moneda de oro se la llamó sueldo
para evocar la sonoridad de sólido (fuerte, valioso).
Soldado: los militares que luchan
agrupándose y también ‘lo que ha sido firmemente unido por medio de una
soldadura’.
Solidaridad: como derivado
contemporáneo de los conceptos anteriores, llegamos a tener esta cualidad que
también denota, unión, apoyo recíproco, fuerza.
En el mismo artículo ya referido (1), digo que
las leyes de la naturaleza, observadas por la inteligencia humana, no son
muchas aunque operando en diferentes situaciones, parecen distintas.
Por ejemplo, el vocablo organismo quiere decir tanto el ‘conjunto de órganos actuando
coordinadamente en un ser vivo’, como el ‘conjunto de oficinas actuando
coordinadamente en una institución’.
Tanto en las organizaciones mercantiles como
en los cuerpos vivos, existe el instinto
de conservación.
Los trabajadores de una organización equivalen
a las células que componen los órganos de los seres vivos.
Ese instinto
de conservación se rige fundamentalmente con criterios de intercambio
solidario.
Todos los integrantes (trabajadores o
células), deben recibir lo que necesitan y entregar lo que se pide de ellos.
Los trabajadores o las células que no
participan eficazmente de esta lógica de intercambio solidario, serán expulsados por el instinto de conservación que prioriza la unidad mayor (institución,
ser vivo) en desmedro de la unidad menor (trabajador o célula,
respectivamente).
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