La psiquis es coherente, lógica, perfecta,
aunque ya todos sabemos que no es fácil de entender y, peor aún, cuando lo que
suponemos nos disgusta, rápidamente corremos a diagnosticar enfermedades
descalificantes: «Fulano
está loco», «Mengana es histérica»; «Sutano es corrupto».
Suponer que
la psiquis es coherente, lógica y perfecta, nos ayuda mucho a quienes no
estamos interesados en juzgar conductas sino simplemente en entenderlas para
saber más, para ganarnos la vida con esa especialización, para calmar la
angustia que sentimos por no entendernos a nosotros mismos (los
psicoanalistas).
Con esta actitud mental es que podemos pensar
que los humanos tenemos actitudes llamativas: prohibimos el incesto no sabemos
por qué, nos apropiamos de las personas («mi hijo», «mi cónyuge»), sentimos asco de nuestras
propias evacuaciones (excremento fecal y orín).
Es frecuente que las personas civilizadas
tengamos fobia por la suciedad. Por esto lavamos, cepillamos, desinfectamos,
lustramos, barremos.
Podemos afirmar que la cultura no es otra cosa
que una modificación de nuestros rasgos naturales, básicos, instintivos.
La cultura no nos dice que debemos respirar,
ni parpadear ni conservar el equilibrio sin caernos, sin embargo nos dice que
debemos eliminar de nuestra vida todo lo que esté sucio... porque
instintivamente no es eso lo que haríamos.
En este rasgo cultural como en cualquier otro,
tenemos planteado un conflicto entre lo que quiere nuestra naturaleza y lo que la
sociedad nos obliga a hacer.
Los psicoanalistas tenemos pruebas de que
muchas personas (no todas) tienen su inconsciente configurado de tal forma que
asocian dinero con excrementos fecales.
Si alguien
tiene su inconsciente así configurado sentirá tanto asco por los billetes de
banco (dinero) como por sus propias heces.
Para ellos
«estar limpio» es no tener dinero.
Otras menciones del concepto «asco por el
dinero»:
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