El dinero es el amor que expresa un colectivo a los integrantes colaboradores.
El cariño, la ternura y la solidaridad son las expresiones
de amor que manifestan los integrantes de una familia a cada uno de sus
integrantes.
Utilizaré un ejemplo gráfico: vivimos en dos círculos, uno
dentro del otro.
El círculo más pequeño (familia) contiene a los familiares:
madre, padre, hermanos.
El círculo más grande (sociedad) contiene a las familias:
Los Pérez, los Rodríguez, los González.
La interacción
dentro de la familia se realiza en forma solidaria. Todos contribuyen con lo
que pueden a las tareas necesarias para la supervivencia y calidad de vida.
Esas tareas no son remuneradas sino que existe un acuerdo tácito de
cooperación.
La interacción
dentro de la sociedad se realiza con un criterio económico. Quienes trabajan
para familias diferentes a la propia, son remunerados con dinero.
Si vuelvo al
principio podría sintetizar diciendo que el amor no monetario (alimentación, cuidados,
mimos) circula dentro de las familias y que el amor monetario circula fuera de
las familias.
La pobreza patológica tendría como
una de sus causas (quizá existan cientos de causas) el no saber diferenciar la
familia propia de las demás familias.
¿Por qué alguien
puede confundir a un integrante de la propia familia con los integrantes de
otras familias?
La causa más importante
y menos obvia refiere a la incomprendida prohibición del incesto.
Efectivamente,
quienes tratan a todos como si fueran de la familia creen que eso es pura
bondad, bonhomía, solidaridad, cuando en realidad es un intento de transgredir
esa insoportable prohibición.
El rechazo del
dinero es un intento de considerar a los integrantes de otras familias como
integrantes de la propia.
Una vez lograda
esta confusión, es posible imaginar que las relaciones incestuosas son posibles
pues están autorizadas con esos «familiares» agregados.
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