Por la red informática
que nos interconecta van y vienen miles de presentaciones en las que predominan
las imágenes de paz, amor, sabiduría, calma, tranquilidad, con textos donde se
pregonan las claves infalibles para lograr ternura, comprensión, serenidad.
Suelen estar musicalizadas con temas lentos ideales para la
meditación.
La consigna de estas pequeñas obras de arte es: «bajemos el estrés».
El estrés parece ser uno de los principales enemigos a los
que tenemos que enfrentarnos en la actualidad. Se le atribuyen gravísimas
repercusiones orgánicas además de disminuir por sí mismo la calidad de vida que
todos merecemos.
Ya a principio del siglo 20 Freud opinaba que la homofonía
(la semejanza en los sonidos de las palabras) favorecía una segunda
interpretación.
Es decir que en el lenguaje no solamente se producen las
diversas interpretaciones de mismo texto porque el idioma lo permite
(polisemia) sino que además la semejanza en los sonidos tiene valor
significativo.
En el artículo titulado El
matrimonio cardiológico les decía por ejemplo que la frase «con razón» puede sugerir la palabra
«corazón» con tan solo omitir la letra «n».
El principal
problema psicológico que tenemos (según el psicoanálisis) se origina en el
complejo de Edipo (por el cual nos enamoramos del progenitor del género opuesto
al nuestro).
La prohibición del
incesto es el hecho agravante de esa primera frustración amorosa y que deja
huellas cuando se resuelve exitosamente pero que deja dificultades de diversa
entidad la mayoría de las veces porque suele no resolverse.
Por homofonía la
palabra «estrés» puede oírse como «es tres», remitiendo al llamado «triángulo
edípico», es decir a los problemas psicológicos (y estresantes) provocados por el
enamoramiento y conflicto que padecemos con mamá y papá.
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Freud complejo de Edipo prohibición
del incesto frustración amorosa triángulo edípico problemas psicológicos mamá papá
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