Al pensar que existe algo que pueda denominarse pobreza patológica estoy asumiendo que algunas dificultades económicas son un síntoma, la consecuencia de un funcionamiento inadecuado de nuestra psiquis (pensamiento, razonamiento, afectividad).
La propia hipótesis de que algunas dificultades económicas
sean el síntoma de una patología psicológica incluye la expectativa de que sean
tratables y curables.
La mayoría de (por no decir «todos») los intentos por solucionar la escasez de recursos
materiales no aprovechan sistemáticamente las poderosas herramientas
disponibles en las ciencias psi
(psicología, psicoanálisis, psiquiatría).
Este artículo es otro comentario a los más de setecientos
que llevo publicados en este blog.
El dinero y la madre tienen en común que «satisfacen necesidades y deseos».
Es perfectamente
posible que el funcionamiento mental confunda (condense) inconscientemente una
y otra institución tomándolas
(creyéndolas, usándolas, considerándolas) como iguales.
Esta similitud y condensación inconsciente de ambos
conceptos (dinero y madre) puede llevar a que los portadores de esa condensación (fusión conceptual inconsciente) no
quieran traficar con dinero para no transgredir la prohibición del incesto.
No me canso de pedirles a los lectores menos familiarizados
con las ciencias psi que toleren la
lógica disparatada que opera en nuestra psiquis.
Las personas no iniciadas pueden sentir horror y rechazo
hacia una propuesta que compare nada menos que a la madre con el dinero.
Sin embargo, este horror y rechazo no haría más que
confirmar lo que estoy proponiendo puesto que el hermetismo del inconsciente se
vale de esos diques (horror, moral, asco) para seguir siendo inconsciente (es
decir, no-consciente, ignorado, olvidado, inaccesible).
En suma: algunas pobrezas podrían estar provocadas porque el
paciente tiene fusionados en su inconsciente los conceptos madre y dinero, no
pudiendo traficar con dinero porque tampoco podría tener comercio sexual con su
madre.
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