La pornografía que escandaliza a los adultos mayores en
realidad desmotiva el deseo sexual de los jóvenes enlenteciéndose así la
explosión demográfica.
Alguna vez anterior me he referido a las
represas hidroeléctricas (1) para ejemplificar qué ocurre con nuestra psiquis
influida por las prohibiciones.
Impedirle a un torrente de agua que circule
libremente produce una acumulación, un estancamiento y una presión que puede
ser utilizada para mover las máquinas generadoras de electricidad.
Copiando el diseño del párrafo anterior puedo
decir:
Prohibir que los deseos y necesidades
(torrente de agua) se expresen libremente, produce un estado de insatisfacción
(acumulación, estancamiento, presión) que puede ser utilizada para aumentar la
energía en ciertas acciones (mover las máquinas) políticamente interesantes
(generadoras de electricidad).
Por ejemplo, la prohibición del incesto es muy
penosa para los niños pero la frustración sexual que les genera los obliga a
buscar con quien reproducirse fuera de la familia en la que nacieron y así
formar otras familias.
En otros artículos mencioné qué le está
ocurriendo a nuestra especie a partir de que ya cuenta con siete mil millones
de ejemplares (2).
Es posible pensar que somos muchos para el
tamaño limitado que tiene el planeta pero también podemos pensar que somos la
cantidad suficiente como para que la especie no corra peligro de extinción.
El eje temático de este artículo es señalar
cómo algunos cambios que ocurren en nuestras culturas parecen desestimular la
expansión demográfica que tuvimos hasta mediados del siglo veinte, cuando
aparecieron las píldoras anticonceptivas y el feminismo masculinizó socialmente
a las mujeres para gestar (con el pretexto de «ganar» derechos masculinos).
En este texto les comento que el avance de la
pornografía también es desestimulante de la reproducción en tanto constituye
una pérdida de represión. La pornografía prohibida enardece el deseo sexual
pero liberada lo desmotiva.
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario