Muchos de nuestros criterios de valoración fueron desarrollados a edades muy tempranas y pueden permanecer vigentes toda la vida.
La estatura influye en las posibilidades de
éxito económico. Para una persona de baja estatura es más difícil ganar dinero
que para una más alta.
Aunque en principio parecería ser que lo
valioso es el tamaño, deberíamos pensar más bien que lo valioso es lo que
significa el tamaño (volumen y altura) para la psiquis de la mayoría.
Teniendo en cuenta las creencias del
psicoanálisis podemos pensar que no solo consiguen mejores salarios las
personas más altas, fuertes y resistentes al cansancio sino que también
consiguen mejores roles sociales quienes exhiban una mayor capacidad de asumir
responsabilidades.
Subjetivamente tendemos a suponer que las
personas altas y fuertes son más responsables que las personas bajas y no tan
fuertes.
Cuando el desarrollo de nuestro cerebro
empieza entender los roles y las jerarquías de quienes nos rodean (mamá, papá,
hermanos, mascotas), nuestra propia estatura es la que alcanzamos con 4-5-6
años.
A esa edad y con esa estatura, todos quienes
merecen respeto (miedo) y de quienes dependemos, «nos hablan desde las
alturas», levantan cosas muy pesadas (incluyéndonos) y parece que «hacen todo lo que quieren».
Estas
reflexiones nos permiten suponer que cuando en la vida adulta sentimos
admiración, respeto, miedo, hacia una persona que mide más de 1m75cms., estamos
siendo influidos por un criterio que desarrollamos cuando teníamos 5 años.
Según el
mismo psicoanálisis es a los 5 años cuando nuestro cerebro también capta la
prohibición del incesto y comenzamos a sentir el rigor de la ley, cuyo
principal «argumento» podría expresarse diciendo: «haz lo que te ordenamos o
serás castigado».
En suma: para las personas que miden más de
1m75cms. es más fácil tener éxito económico porque inspiran roles
paternales-maternales de autoridad.
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